La mayoría de las veces nuestros productos nacen de observar la increíble capacidad que tienen los niños de imaginar y jugar con objetos aparentemente prácticos, al que ellos dan un uso mágico, totalmente diferente de aquel para el que fueron creados.
Pero la inspiración puede surgir en cualquier sitio, y a veces la idea surge de alguien que, aunque sea adulto, se para por un momento a mirar el mundo con los ojos de un niñ@, y eso nos parece alucinante, nos pasó con la tortuga Juana, y nos ha pasado también con el mantel tren, que nace de una idea que nos dio María de Saas.