“No valoras las cosas que tienes hasta que las pierdes”
Esta frase, tantas veces oída puede sonar a abuela cebolleta, a moralina o a frase hecha, pero es una verdad verdadera… y es que cuando las cosas están ahí, y permanecen a lo largo del tiempo llega un momento en el que piensas que son tuyas, que forman parte de tu realidad, que, de alguna manera, te pertenecen.